Lo primero de todo es ser su mejor ejemplo y que nosotros tengamos nuestras cosas bien organizadas. Si llegas a casa y vas dejando cosas por ahí, sin devolverlas a su sitio, o que no tengan un lugar definido dónde estar siempre…ellos harán lo mismo. Somos su espejo.
Lo segundo, requiere esfuerzo, constancia (Perseverar, disciplina), paciencia y amor.